Y si, encuentro en estos diseños lo que quiero hacer. Mi inspiración: Madeleine Vionnet. 

Ella, apasionada por la geometría, de un triángulo o un rectángulo hacia hermosos vestidos con drapeados y una caída impecable. A los 12 tuvo que abandonar la escuela y de ahí en más se dedicó al corte y la confección. 

En 1907, Doucet le encargó el rejuvenecimiento del estilo de su firma. Vionnet empezó suprimiendo el corsé y acortó los bajos, para disgusto de las vendedoras y de las clientas. Esto hizo que se diese cuenta de que tenía que abrir su propia empresa. 

Estudió al cuerpo femenino como nadie, para poder hacer cada prenda única obligando al vestido adecuarse a la silueta. 

Otra de las cosas que hay que considerar sobre la diseñadora fue el trato que le dio a las mujeres que trabajaban para ella: breves descansos, vacaciones pagadas y ayudas en caso de enfermedad. Leyes que saldrían luego de muchos años.

Sus vestidos no hace falta que diga que son majestuosos. Una simple foto me demostró que con un escote bien hecho, que el encaje puesto en el lugar justo o un simple detalle puede mostrar la sensualidad innata de una mujer.